En los tiempos que corren, cuando la internet ha acaparado nuestro día a día, y casi todos los servicios han abierto sus espacios en la red, es importante que cualquier marca apueste por consolidar su presencia en línea. La reputación digital es un valor que muchas empresas han comenzado a poner en sus listas de objetivos de marca.

¿Has escuchado hablar de la reputación digital? Toda empresa debe velar por la correcta proyección de su marca. La identidad y los valores de cada organización deben estar trabajados de manera integral para así consolidar una correcta proyección de los mensajes que deben ser reforzados con estrategias en línea que permitan posicionar una imagen cónsona, correcta y ajustada a los objetivos de cada marca. La reputación digital es hoy en día tan importante como cualquier proceso de producción.

Por reputación digital debemos entender todas las opiniones o el prestigio que existe en línea sobre una marca, sin importar que esta sea personal, comercial u organizacional. Una marca debe ser consciente de que no podrá gestionar su reputación digital, pues esta va de las opiniones que el público tenga y no puede controlar los pensamientos de los demás, pero sí persuadirlos, por lo que es ideal trabajar en estrategias avanzadas que ayuden a que tu presencia sea mucho mejor.

Hay marcas que aún no se han inmerso en el mundo de las redes sociales, las webs y demás plataformas digitales, pero esto no quiere decir que no existan sobre ellas una reputación digital que les impacte, pues esta depende de lo que los internautas hablen de ella, no exclusivamente de lo que las marcas decidan contar. Es aquí donde encontramos la diferencia entre reputación digital e imagen de marca, que sí se consolida en función de lo que las marcas deciden proyectar sobre sí mismas. Estos dos conceptos van ligados, pero no son lo mismo.

Levanta la reputación digital de tu empresa

Como hemos dicho anteriormente, la reputación digital no será fácil gestionarla una vez que el público tenga una opinión clara sobre las marcas; sin embargo, la batalla no está perdida, pues las estrategias pueden estar orientadas con la intención de que las opiniones sobre determinada sean positivas. ¿Cómo hacerlo? Consolidando una buena imagen de marca. Las empresas deben velar por la correcta proyección de su identidad y sus valores y disponer tácticas precisas que impacten al segmento adecuado.

Analizar la reputación digital periódicamente es fundamental. Las empresas deben saber qué se dice sobre ellas en la nube, para entonces definir estrategias que permitan fomentar dichas ideas o persuadir para mostrar otra cara de la moneda; las estrategias de comunicación deben ser muy asertivas y esto se puede demostrar comunicando, aprendiendo y aportando a un entorno que vaya mucho más allá de las ventas de los productos o servicios.

Dar un carácter humano, honesto y de confianza a las marcas hace que la reputación digital sea mucho más positiva. Una vez definido debes orientar tus objetivos a generar presencia en los canales digitales que más se ajusten a tu marca. No se trata de estar en todo, sino de saber estar. Analiza cuáles redes sociales son las ideales para tu marca y, muy importante, gestiona un sitio web donde puedas gestionar todos los servicios y productos, pero que tenga la atención al cliente como una premisa fundamental.

Lo offline también interfiere en la reputación digital

La reputación digital de una marca no dependerá solo de lo que se diga en línea ni de los servicios que esta disponga en la nube. Al final, todo lo online tiene una base y un fundamento fuera de la nube; es decir, lo offline. La calidad de los productos y servicios de una marca, e incluso, sus estrategias de atención al cliente, son determinantes en la formación de una reputación digital

Las empresas deben ser muy cuidadosas de que todos elementos que conforman las cadenas de producción, venta y/o servicio se ajusten a los parámetros de calidad que el target espera de ella. Un error offline puede poner en jaque un muy buen trabajo de imagen de marca online; por ello es necesario que las empresas tengan la gestión del control como un elemento primordial en sus procesos de gerencia.