Es cierto que la actual situación con la pandemia del coronavirus nos ha llevado a un cambio radical en nuestras costumbres. Nos podemos plantear si estos cambios permanecerán cuando todo vuelva a la normalidad ya que en cierta manera se ha puesto a prueba muchas condiciones que en muchos casos no tenían precedente. En la tecnología son muchas las cuestiones que se han planteado.

Muchas de las empresas han visto a prueba su capacidad para el teletrabajo como manera de proseguir con su producción de manera segura. En España la digitalización de las empresas aún esta bastante en ciernes y no está aún muy dirigida al trabajo remoto por diversas cuestiones. Sin embargo, gracias a la tecnología se han podido dar las condiciones para que se desarrolle con bastante eficacia.

Sin embargo, existen varios retos tecnológicos que solventar tras el fin de la pandemia. Cuestiones como la subida de la demanda del uso del internet a puesto verdaderamente a prueba a esta red y ha causado que plataformas de ocio como Netflix tengan que reducir su calidad de streaming para no acaparar recursos. Conseguir el soporte necesario para trabajar en remoto resulta indispensable.

Otras de las cuestiones claves es la seguridad en el teletrabajo. Si no se cuenta con la infraestructura necesaria los datos de nuestras empresas se pueden ver especialmente vulnerables en este escenario. Por ello el máximo reto para la fiabilidad y el desarrollo de este tipo de trabajo es conseguir el nivel de seguridad adecuado.

Las comunicaciones también han cambiado y para solventar las carencias de la falta de presencia física en las reuniones se han multiplicados las videollamadas. Plataformas como Zoom ofrecen este servicio de manera eficaz, pero sin ofrecer una cobertura especializada para las empresas, dando fallos en la seguridad y provocando la prohibición de su uso en empresas como Google.

La actual situación mundial a revelado la importancia de un adecuado desarrollo tecnológico

El reto tecnológico de las videoconferencias sobre todo se presenta para aquellas aplicaciones que las ofrecen de manera gratuita ya que parece que cada este recurso está siendo más demandado, no sólo en el ámbito laboral, si no también en el particular y privado.

En países como China la tecnología se ha usado como instrumento para combatir el coronavirus. El uso de aplicaciones móviles ha servido para controlar y monitorizar el estado de salud, siendo un salvoconducto que te permite la movilidad normal. Esta manera de hacer seguimiento a la enfermedad ha sido de gran ayuda para poder luchar contra la pandemia.

En los países asiáticos la apuesta por la tecnología es mucho más fuerte que en otros lugares del planeta y muchos de los retos tecnológicos que se están planteando en la actualidad ya lo venían desarrollando desde hace tiempo. Como contrapartida aparece la necesidad de un desarrollo jurídico que evite la afectación de los derechos fundamentales.

Frente a la necesidad tecnológica de ciber-vigilancia para controlar la propagación de la enfermedad surge el reto de conseguir un marco normativo donde las libertades personales no se vean deterioradas.

Si algo se ha comprobado en la actual pandemia es como la tecnología puede facilitar nuestras vidas, pero también puede tener una gran repercusión. Desde las comunicaciones hasta la manera de trabajar podemos encontrar una gran cantidad de retos que requieren un desarrollo tecnológico adecuado y que sin duda cambiarán el aspecto de muchas costumbres en nuestras vidas.

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